CHOPIN
A mi gato
No, él no es el violín, instrumento
perfecto, que muerde mi corazón,
pero hace, más regiamente,
sonar su cuerda más vibrante .
Charles Baudelaire
Quizá, si me
pusiera a dibujar el perfil exacto
de la última
morada de mi gato Chopin
con trazos
limpios en la tierra de las hortensias
y la mala
hierba.
Si pudiera abrir
con un corte las corrientes de aire
hasta
encontrar la respuesta a los arañazos de la vida,
a su
naturaleza, a sus motivos castrantes
que se mueven
en la oscuridad.
A esta hora todos
tienen horarios que cumplir.
Un lugar
donde llegar,
pero yo solo tengo una congoja,
este golpe
que arde a mediodía
y baja a la negrura del dolor.
Quiero
gritarlo.
Yo me incliné
ante Chopin en esta despedida
como lo hago
ante una montaña,
o ante la
materia inerte de un violín,
dejándome un
sabor de inexistencia,
una especie
de hospedaje en el limbo.
¿ Qué seré
sin él que hizo vibrar
la cuerda más
gastada de mi vida
en estos quince
años?
Quizá eso es
todo.
Hoy los lirios
tienen el color de su presencia
en el patio
de la tristeza.
Abril es el
canto de un felino pelirrojo,
el principio
de un eco fracturado
sobre los
ojos de nadie.
Tiene puertas
y ventanas a la ausencia,
sostenidas por
esta fragilidad en mis labios
al murmurar con
resignación su nombre.
De mi libro Cuerdas contra el Viento
2018
-- poema luciernaga
Comentarios
Jo...
El poema que le has escrito refleja todo tu dolor.
Y también el cariño, el amor... todo lo que te daba.
De verdad que lo siento muchísimo.
Un abrazo.